amor en los tiempos del cólera
- Poco a poco, mientras yacía con los ojos cerrados después de la siesta diaria, había ido sintiéndolas dentro, una a una, sintiendo hasta la forma de su corazón insomne, su hígado misterioso, su páncreas hermético, y había ido descubriendo que hasta las personas más viejas eran menores que él, y que había terminado por ser el único sobreviviente de los legendarios retratos de grupo de su generación.
- Exaltada por esa certidumbre, asumió entonces el mando de su albedrío.
- taciturno y escuálido.
- estaban acostumbrados a compartir sus insomnios de jóvenes, y tenían mucho menos que perder en sus insomnios de viejos.
- Así era: desde que se levantaba a las seis de la mañana, hasta que apagaba la luz del dormitorio, se consagraba a la pérdida del tiempo.
- palabra prohibida: antes.
- y reconoció de inmediato en el sobre mojado la caligrafía imperiosa que tantos cambios de la vida no habían logrado cambiar